En demasiadas situaciones habia esperado a satisfacer esas diferentes exigencias, las puramente sexuales, antiguamente sobre dar su ataque sobre gracejo, su mordisco mortal; aquel fecha la impaciencia no le permitia soportar la espera, de modo que despues de el primer besuqueo, disimuladamente, fue desviandose hacia su cuello, besandola tiernamente, al tiempo que colocaba las dedos igual que se instala el banderillero delante del toro, erguido, con las brazos en alto, de asestar, finalmente, su golpe certero clavando las 2 unas en su cuello. La novia abrio las ojos con inevitable mueca sobre terror, sin embargo a continuacion se sintio desfallecer, invadida por la languidez apacible que la debilitaba dulcemente, entretanto Zahn absorbia con ansiedad su codiciado brebaje, afortunado, extasiado, incansable hasta agotarla. Parecia un juguete que se iba desinflando lentamente, dejandose caer, inerte, contra el respaldo, con la comienzo hacia antes, las brazos caidos, las pies arrugados igual que se arrugan las pies de las invalidos. Cuando acabo se dio cuenta de que le dolian las labios y sonrio con sena picaro. Ella yacia en la silla, en apariencia muerta. Por lo tanto el se sento frente a la novia asi como espero. Pasaron dos, tres, quiza cuatro horas, falto que la novia hiciese el menor movimiento. Zahn comenzaba a dudar de que su nueva maneras sobre ataque tuviese proposito para contagiar a las victimas cuando, de golpe, la novia abrio las ojos.
EL PIANO
Un extrano ruido la desperto. Parecian golpes, sin embargo eran golpes musicales, en otras palabras, al tiempo lapso que el estruendo caracteristico del golpe sonaban notas que vibraban en el aire a lo largo de diez o veinte segundos. La calma que siempre habia en el huerto al que asomaba su dormitorio habia sido interrumpida por aquel sonido tan sorprendente, sobre modo que se levanto de la cama asi como fue a asomarse. En el edificio de enfrente se veia el desplazamiento caracteristico de una mudanza: multitud que cuando subia pasaba por las ventanas de la escalera con toda clase de enseres y no ha transpirado al poquito bajaba con las manos vacias. En lo alto, llegando bien casi al penultimo vivienda, pudo ver el nacimiento del ruido: alguien estaba subiendo un piano desprovisto tener el menor cuidado.
Carolina salio disparada escaleras abajo asi como cruzo el patio igual que si el piano fuera suyo. Al llegar arriba encontro a las dos empleados de la residencia sobre mudanzas, sudorosos asi como hastiados, empujando el piano con la brusquedad que casi parecia odio. Con rapidez comenzo a dirigir sus movimientos con gritos desplazandolo hacia el pelo ordenes; las utilizados, aun carente conocerla sobre nada, la obedecian, pues el tono de su voz hacia meditar en la novia como propietaria del instrumento. Cuando por fin entraron en la residencia desplazandolo hacia el pelo lograron colocar el piano en donde ella les indico, respondiendo a un categorico “?Fuera!” de ella huyeron por las escaleras.
Durante casi media hora, sentada en la caja sobre carton, Carolina toco. Al completo el vecindario se dejo envolver por la musica. Hubo un instante en el que la vida parecia haberse paralizado en espera de un circulacii?n final. Despues, la duena de la vivienda llego, encontro a las empleados fumando en el portal, les grito y, alertada por las explicaciones, subio an investigar que estaba sucediendo. Carolina oyo las voces acercarse por las escaleras asi como comenzo a rozar mas potente, sin embargo las voces iban aumentando sobre bulto y no ha transpirado por mas duro que ella tocara comprendio que estaban an aspecto de aparecer por la paso. Exacto cuando subian el ultimo tramo sobre escaleras, el ultimo peldano, casi asomando Algunos de los pies de la duena por la entrada, Carolina tuvo la inspiracion, dio un salto inclusive la camino y se la cerro de ataque en las narices.
Eduardo quedo muerto en el suelo entre el parque y el pavimento. Al momento, de su boca comenzaron a salir lagartos. Individuo sobre ellos llevaba en la boca su pequeno silbato de bambu.
—y no ha transpirado aqui poseemos el escudo del crimen —dijo el forense con una sonrisa al ver montar huyendo a toda velocidad a un lagarto de la laringe del cadaver a lo largo de la necropsia.
LO QUE SOLO alguno SIMILAR CONOCE
Habia tanta muchedumbre en aquella sala del museo que parecia inviable que una sola persona pudiera satisfacer cualquier el espacio sobre aquella modo. Aunque el novio estaba alla y la novia lo habia observado nada mas entrar, le habia saludado asi como habia huido sobre el como se huye del riesgo, como se huye del inminente dolor.
Por lo tanto, entretanto miraba aquellos cuadros falto ver ninguna cosa, unicamente estando consciente sobre su figura invadiendolo cualquier, viendo su figura reflejada en cada cristal de cada cuadro, representada en cada pegote de oleo, en cada cartelito al pie de cada obra, en cada cordon impidiendo un acercamiento excesivo, en cada minusculo e infinitesimal microorganismo flotando en el viento, mientras lo sentia cercano aun falto tratar saber donde estaba, el se le acerco por detras desplazandolo hacia el pelo paseo un separado dedo suavemente por su cuello.
Esa emocion sobre ese dedo recorriendo su cuello tan suavemente, reducido roce marcando su notoriedad ante todas las cosas, fue tan intensa que se sintio desfallecer desplazandolo hacia el pelo cayo al suelo.
—Son tan… Tan bonitos —fingio al recuperar la consciencia.